miércoles, 18 de enero de 2017

Un dia en el museo de Antropología

Un día en el museo de Antropología
Eva Dolores Rivera Arroyo
Un jueves decidí ir de visita al museo de Antropología en la ciudad de Xalapa, a continuación les contaré mi experiencia y mi opinión acerca de este lugar.
Cuando llegue al museo me atendió una señorita en la entrada que fue la encargada de cobrarme, posteriormente pase a dar mi recorrido por las 6 salas con las que cuenta el museo, había dos personas que si tenías una duda sobre el museo podías consultarla con ellos.
Mi recorrido tardo el tiempo que yo decidí, ya que iba observando las figuras que había dentro de cada una de las salas, cuando alguna me llamaba más la atención la observaba con detenimiento y leía cuidadosamente la descripción que tenía, para saber que era y cuál era su función en esa época.
Fui tomando algunas fotos para recordar todo lo que observe dentro del museo, sobre todo de las representaciones de las casas o pequeñas ciudades, ya que están representadas de manera muy clara y con todos los detalles que tenían.
En cada una de las figuras y representaciones de las viviendas de los olmecas había una pequeña descripción, en la que explican el nombre de la figura, el año en el que existió, el lugar en el que se encontró y una pequeña reseña sobre el uso que se les daba.
En la entrada de cada una de las salas había un banderín en el que estaba escrito de que año a que año eran las figuras que ahí encontramos. En las paredes de todo el pasillo central están pegadas las descripciones de los lugares que fueron habitando los olmecas y cuáles fueron los cambios que sufrieron: las figuras, los cráneos de las personas, los dioses y las cabezas.
El terreno en el que se encuentra el museo es muy amplio y cuenta con muchas áreas verdes, sin embargo solo se ocupa el espacio donde hay construcción, ahí se tiene montado el museo como tal y las oficinas. Considero que el lugar si es el adecuado pero podría hacer uso de los espacios de la terraza trasera o de las áreas verdes para crear otras salas que impliquen más la manipulación, por ejemplo.  
Lauro Zavala en su lectura de “El paradigma emergente en educación y museos” nos habla de dos paradigmas para la educación museográfica.
El primer paradigma que nos presenta es:
El paradigma tradicional sostiene que: el museo es un apoyo que complementa la educación formal, el objetivo de la visita es la obtención de conocimiento, lo esencial de una exposición es su contenido, el museo aspira a presentar el significado natural de las cosas, las exposiciones aspiran a la objetividad, la experiencia educativa se produce al ofrecer al visitante una representación del mundo clara y convincente, la experiencia educativa durante la visita se reduce a la visión y el pensamiento, la experiencia educativa se apoya en la autoridad de los expertos, el museo es una ventana para conocer otras realidades, y la experiencia museográfica consiste en recorrer la exposición dentro del museo. (L. Zavala, 2006, pág. 130).
El segundo paradigma de la educación museográfica es:
El paradigma emergente, sostiene que : el museo ofrece una experiencia educativa independiente de la educación formal, el objetivo de la visita es múltiple y distinto en cada experiencia concreta, lo esencial de una exposición es el diálogo que se produce entre el contexto del visitante y la experiencia de visita, el museo debe mostrar el contexto social que produce el significado, el museo debe dar cabida a la subjetividad y la intersubjetividad, la experiencia educativa se produce cuando el visitante satisface sus expectativas rituales y lúdicas durante la visita, la experiencia educativa durante la visita involucra las emociones y las sensaciones corporales, la experiencia educativa se apoya en la participación activa del visitante, el museo ofrece al visitante la construcción particular de una realidad simbólica autónoma y la experiencia museográfica consiste en dirigir una mirada museográfica a cualquier espacio natural o social. (L. Zavala, 2006, pág. 130).
Siguiendo los dos paradigmas que menciono anteriormente, considero que el museo de Antropología se encuentra en un paradigma tradicional, ya que las personas que fungen como guías solo explican lo que ya está escrito en las descripciones y no permiten el dialogo entre visitante-guía, las piezas que se exponen son las que se encontraron en los poblados donde habitaron los olmecas, la mayoría están tan cual, la única representación a escala es la del “Tajín” pero no se permite que los visitantes toquen nada de lo que está en exposición.
La finalidad con la que la mayoría de las personas visitan este museo es obtener un conocimiento en específico y esto hace muy aburrida la visita, los adolescentes y adultos son quienes más visitan el museo, ya que el espacio no está adaptado para que los niños puedan obtener un conocimiento de manera más lúdica.
Como antes lo mencione el museo cuenta con una terraza trasera que no se ocupa, solo tienen tres sillas y una pequeña mesa, considero que ese espacio podría ser utilizado para colocar algunos areneros y ahí esconder las figuras a pequeña escala para que se diera la oportunidad a los visitantes de escarbar y encontrarlas (representar lo que tuvieron que hacer para encontrar las figuras reales).
Dentro del museo hay algunas salas que podrían juntarse y no es necesario que estén separadas,  ya que el espacio de una es suficiente para que acomoden las piezas de las dos, la que se desocupe la podrían convertir en un espacio para montar algunos talleres sobre esta cultura, en ellos podrían hacer las figuras, utensilios, viviendas, etc. Que se utilizaban, así como ir creando su propia historia.
Por otro lado, a las áreas verdes no se les da ninguna utilidad y se prestan muy bien para explicar toda la historia con ayuda de un cuento motor, lo más importante de esta idea es que no es útil solo para niños, si no para personas de cualquier edad.
Las ideas que propongo para cambiar de paradigma tradicional a uno emergente ayudará a que la experiencia de los visitantes sea mucho más significativa, lo más importante es la interacción que existe entre el museo-visitante, el museo incluye todo lo que forma parte de él (guías, piezas en exposición, áreas, etc.).
En mi opinión, la visita a los museos debería ser una de las primeras opciones para enseñar historia de una manera más dinámica, creando en los alumnos un pensamiento histórico y ayudándolos a que ellos mismos construyan su conocimiento por medio de la observación, interacción y manipulación.
Los museos pueden ser la herramienta más importante para enseñar historia, siempre y cuando aprendamos hacer el uso adecuado de ellos y que estén parados en un paradigma emergente. 


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